Como fenómenos naturales, los terremotos son inevitables. Y hasta la fecha, son impredecibles. Por eso siempre hay que estar preparados para tratar de reducir sus devastadores efectos.
Los terremotos, o sismos, son producto de la presión formada entre las tres capas principales que integran la estructura de la tierra: el núcleo, formado por magma líquido; la capa intermedia o manto –que tiene cierta plasticidad- y la corteza terrestre, la superficie dura en que vivimos. Esta presión ha fracturado la capa exterior, y creado grandes segmentos conocidos como capas tectónicas que, con su movimiento constante a través de miles de millones de años, formaron a su vez montañas y valles.
Al acercarse y separarse entre sí, las capas tectónicas han formado grietas activas, o fallas sísmicas, en varias partes del mundo por donde se disipa esa energía que proviene del núcleo terrestre. Y de toda esta actividad geológica resultan los terremotos.
LUCIA LASA 6º AGRONOMIA 2009
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